martes, 29 de marzo de 2011

Los Tsunamis y el desastre en Japón

Los Tsunamis y el desastre en Japón

La mayor parte de los terremotos de gran magnitud se originan en zonas de subducción donde una placa oceánica se desliza bajo una placa continental o bajo otra placa oceánica más joven. Cuando esto ocurre en el suelo oceánico puede dar lugar a un tsunami (palabra japonesa que significa ‘ola en la bahía’) como el que el 11 de marzo golpeó a Japón. El tsunami está formado por una serie de ondas oceánicas extremadamente largas -con longitudes de onda del orden de cientos de  kilómetros- que, en aguas profundas, se propagan a una velocidad que puede superar los 800 kilómetros por hora. A medida que el tsunami alcanza aguas costeras la columna de agua reduce su velocidad, aumentando rápidamente la energía y la altura de la ola. Las aguas se retiran justo antes que el tsunami irrumpa, dejando en ocasiones los arrecifes al descubierto, como muestra la imagen.

El tsunami embiste la costa arrasándolo todo tanto al entrar en tierra como al salir de nuevo al mar. De hecho, la ola de regreso puede ser tan devastadora o más que la de entrada, ya que cuando la masa de agua fluye de vuelta al mar arrastra escombros que aumentan su fuerza de empuje.

Hay dos parámetros para caracterizar un terremoto: magnitud e intensidad. La magnitud es la medida de su fuerza en relación con la energía liberada y se calcula midiendo la amplitud máxima de las ondas sísmicas. En 1935 el sismólogo de EE UU Charles Richter ideó la escala logarítmica de magnitudes que lleva su nombre. No tiene límite superior, y un incremento de un punto implica que la magnitud del seísmo aumenta diez veces. Los más violentos están por encima de 7.

Antes, el italiano Giuseppe Mercalli había creado una escala del 1 al 12 para medir la intensidad de un terremoto, basada en la observación de sus efectos –que es subjetiva–.

Detectan radiación en leche y espinacas cerca de Fukushima

Restos radiactivos han sido detectados en el agua potable de un pueblo de Fukushima (noreste de Japón) y en espinacas de la vecina provincia de Ibaraki. El Ministerio de Sanidad nipón ha pedido a los habitantes del pueblo de Litate, en Fukushima, que no beban agua del grifo al detectar un nivel de yodo tres veces mayor al normal, si bien afirma que no entraña riesgos para la salud de momento. Por otra parte, en la ciudad de Hitachi, en la vecina provincia de Ibaraki, se han localizado espinacas con un nivel de yodo 27 veces mayor del límite de seguridad marcado por las autoridades, de acuerdo con la agencia Kyodo. En esas espinacas se encontró también cesio, otro material radiactivo, en niveles superiores a lo permitido.

Además, se ha detectado yodo en leche de Fukushima, por lo que se ha paralizado la venta de leche fresca procedente de esa provincia, donde se encuentra la planta nuclear con dificultades para enfriar sus reactores desde el seísmo de 9 grados del día 11 de marzo.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha advertido de que la detección de contaminación radiactiva en los alimentos procedentes de las zonas más afectadas por la actual emergencia nuclear de Japón supone un problema “más grave de lo que se esperaba”. Pese a que las autoridades japonesas han asegurado que no reviste problemas para la salud, la detección de radiación en vegetales, áridos, leche y agua ha afectado a los mercados de alimentos regionales.

El terremoto de Japón en cifras

Con 9,0 grados en la escala Richter, el seísmo del pasado 11 de marzo en Japón es el más potente de la historia reciente del país, y el quinto más grande registrado desde que existen medidores.

600.000 personas han sido evacuadas desde el viernes en Japón, tras el terremoto, el tsunami que le siguió y la posterior amenaza nuclear, según cifras de la Oficina de Ayuda Humanitaria de Naciones Unidas.

4 plantas nucleares han registrado problemas hasta ahora debido al terremoto: Fukushima-Daiichi, con tres reactores afectados y dos explosiones; su vecina, Fukushima-Daini; la de Obagawa, donde se registran elevados niveles de radiactividad;y la de Tokai, con problemas de refrigeración

Nivel 4. Es la clasificación del accidente internacional en la escala internacional de sucesos atómicos, que va de 0 a 7. El nivel 4 es “accidente con consecuencias de alcance local”.

1.557,5 microsievert es la máxima radiación medida hasta ahora en los alrededores de la planta nuclear de Fukushima-Daiichi, dañada por el terremoto y el posterior tsunami, según la agencia Kyodo. La medición se realizó el domingo 13 de marzo.

15.000 millones de yenes serán inyectados a los mercados para estabilizar el sistema financiero tras la catástrofe.

Alerta en la central nuclear de Fukushima por fallos en la refrigeración

La Tokyo Electric Power Company (TEPCO), empresa que gestiona las dos centrales nucleares de Fukushima afectadas por el terremoto del pasado viernes, está inyectando agua del mar mezclada con ácido bórico en tres de los seis reactores de la planta de Fukushima-Daiichi para refrigerarlos, ya que debido a la inundación producida por el tsunami posterior al seísmo falló el sistema de refrigeración. En principio, todo indica que los reactores de la planta nuclear Fukushima-Daini se encuentran estables.

Por otra parte, TEPCO informa de que en las últimas mediciones en los espacios al aire libre de la central nuclear se han detectado niveles de materiales radiactivos por encima de lo normal. Según el Organismo Internacional de la Energía Atómica (IAEA), ya se ha llevado a cabo la evacuación de la población en 20 kilómetros a la redonda, una medida que afecta a 210.000 personas.

En un comunicado difundido hoy, el Foro Nuclear español ha asegurado que, según los datos disponibles en la actualidad, “las acciones que se están llevando a cabo en los reactores están siendo efectivas”. “Se están siguiendo todos los protocolos establecidos para estas situaciones extremas. Hay que analizar la evolución, pero el tiempo corre a favor, ya que los reactores están parados desde el inicio del terremoto”, concluyen.

No obstante, el secretario jefe del Ejecutivo japonés, Yukio Edano, ha afirmado que uno de los reactores de la central Fukushima-Daiichi podría haber sufrido una fusión del núcleo parcial, según ha informado la cadena estadounidense CNN.

Las autoridades niponas han clasificado el accidente en estas instalaciones a raíz del terremoto del día 11 de marzo en el nivel 4 de 7 de la Escala Internacional Nuclear y de Sucesos Radiológicos (INES, por su siglas en inglés). Japón cuenta con 54 reactores nucleares en operación que en 2010 produjeron el 29,21% de su electricidad.

También en Onawa

Esta misma tarde, la IAEA ha anunciado que se ha declarado el estado de urgencia en otra central nuclear, la de Onawa, en la prefectura de Miyagi, donde ha sido declarado el estado de emergencia 1, el más bajo de la escala. En Onawa, los 3 reactores de la central “están bajo control”, según las autoridades japonesas. “La alerta ha sido declarada porque los niveles de radiactividad registrados sobrepasan los niveles autorizados en la zona cercana a la central”, explicó el organismo internacional en un comunicado. Las autoridades japonesas intentan determinar la fuente de las radiaciones.

~ por aulaespa en marzo 23, 2011.

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