miércoles, 30 de marzo de 2011

CINE & LITERATURA

La experiencia debería enseñarnos que es prácticamente imposible plasmar al celuloide la esencia literaria de una novela. Para ilustrar esto pensemos por ejemplo en Drácula. A pesar de las muchas películas que se han hecho ninguna de ellas ha conseguido captar ni la esencia de la novela ni la del propio personaje creado por Bram Stoker, ni siquiera la aclamada adaptación que de ella hizo Francis Ford Coppola  la que curiosamente fue bautizada como Drácula de Bram Stoker. Teniendo en cuenta la cantidad de licencias que se tomo el director y los guionista resulta como mínimo irónico dicho título y esto sin dejar de destacar que se trata de un notable film, pero no plasma ni mucho menos la esencia de la novela. Miremos ejemplos más recientes si cabe, la trilogía Millennium, ya de por si las adaptaciones que de ella se han hecho son como mínimo de una calidad irregular, dicho esto, ni se acercan por asomo a la intensidad y a la fuerza de la trilogía escrita por Stieg Larsson. Alguno podría si cabe detenerse en la magnífica por otra parte adaptación del El Señor De Los Anillos, pero claro tengamos en cuenta que si bien es capaz de acercarse a las novelas, hay elementos debido al medio, que o bien se comprimen o bien directamente se omiten, y también hay ciertas licencias. Lo que quiero decir con esto es que es muy difícil que pueda conseguirse plasmar una novela al celuloide. Tengamos en cuenta que con cierta normalidad una novela tiene más de trescientas páginas, eso si nuestra intención es recrearla con actores fielmente son horas y horas de rodaje, con seguridad acabaríamos haciendo una película de más de ocho horas y estoy bajando el número. Esto ya de por si es un problema de cara a los directores y más de cara a los productores. Normalmente lo que se hace es intentar adaptar el argumento a un guión, por lo que se pierden por el camino mucho material original, se comprimen ciertas escenas a fin de que quepan ya que son importantes para la historia ect por no hablar de las distintas licencias que muchos entrelazan con el argumento original. Cierto, algunas son capaces de redondear el conjunto, otras sin embargo nos dejan un tanto sorprendidos. Otra técnica es basar el film en la novela, es decir, personajes principales, un vago esbozo de los hecho relatados en el libro y a partir de hay construir una historia prácticamente nueva. Es lo que se ha hecho en el ultimo film basado en Sherlock Holmes que tuvimos el placer de disfrutar. Claro que una imagen y más en la sociedad actual, vale más que mil palabras, por lo que resulta comprensible que sea más fácil ponerse a ver una película que ponerse a leer. Pero como siempre digo hay sitio para todo, podemos leer y disfrutar del cine, una cosa no esta reñida con la otra.     

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